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A los 12 años, Martin Pistorius cayó en un coma que lo tuvo en estado vegetal hasta los 24 años.
Aunque los doctores no sabían qué había causado la enfermedad, sospechaban de una meningitis criptocócica.
La condición de Pistorius empeoró con el tiempo, hasta que ya no pudo moverse, ni hablar, ni hacer ningún tipo de contacto visual.
El joven pudo haber muerto, pero su familia lo atendió con esmero durante ese tiempo.
Ahora, Martín puede hablar y se mueve en una silla de ruedas. Utiliza una computadora para comunicarse y escribió un libro en el que relata la agonía de estar despierto, atrapado en un cuerpo inmóvil y donde se llama así mismo “el niño fantasma”.
“Mi mente estaba atrapada dentro de un cuerpo inservible, ni podía controlar mis brazos ni piernas. No tenía voz. No podía hacer una señal ni sonido para comunicar que estaba consciente. Era invisible, el niño fantasma”, escribe (Con información de Upsocl).
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