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Millennial feminista, empleada doméstica que lucha por su profesión

Esta millennial esta consciente de que este empleo puede mejorar y prepara una guía de libre difusión con un abogado laboralista para ayudar a su gremio

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Galicia Méndez trabajó esporádicamente limpiando casas y ahora ejerce a tiempo completo (y con contrato). Esta millennial esta consciente de que este empleo puede mejorar y prepara una guía de libre difusión con un abogado laboralista para ayudar a su gremio.

 

La ocupación de empleada domestica ha sido mal vista por el estatus social que ocupa, sin embargo, hay una millenial que está preparando un plan para mejorar las condiciones laborales en este sector.

 

Galicia contó al diario El País que desde pequeña aprendió las labores del hogar, “mi abuela y mi madre me enseñaron a limpiar, a cocinar, planchar, hacer la compra… A llevar una casa. No fue un entrenamiento consciente, simplemente era algo que estaba ahí, que había que hacer y que había que hacer bien. Aun con eso, cuando empecé a limpiar lo viví como un fracaso. Pero ahora, mirando atrás, creo que me ha servido para curarme de mi ego y tener tiempo para pensar sobre mi concepción del mundo”.

 

Cuando comenzó a trabajar como empelada de casa las personas se compadecía de ella, esto la motivó a trabajar sobre las condiciones laborales y mejorarlas, “¡me han llamado sirvienta para insultarme! De manera casi automática pensaban que era un trabajo de paso, tenía que tener un plan para salir de ahí por fuerza. Nadie podía pensar nada positivo acerca de limpiar. Para ellos la ocupación debe servir para realizarte como persona: tú eres tu trabajo. Por supuesto, da igual que estés de becario o cobrando una miseria porque tienes un puesto en inglés”.

 

Sin embargo, cambiar los ciclos de trabajo de sólo unos días a todo el verano es diferente  dice esta millennial, pues vivir en casa de otra familia todo el tiempo implica integración:
“Es realmente duro; te tienes que adaptar a las normas internas de una familia sin formar parte de ella. Es una convivencia que no tiene que ser satisfactoria para ti, en el plano emocional, porque no tienes que conectar necesariamente con todos los miembros de la familia. Me preocupaba no respetar la intimidad de mis empleadores o que ellos no respetaran la mía pero todo ha fluido muy bien”.

 

La experiencia de  mejoras que ha vivido la han alentado a pensar en una profesionalización del sector,” Profesionalizar significa ahorrar accidentes laborales, defender nuestros derechos regulándolos mejor o asociarse entre las personas que limpian en el hogar. Y también supone un beneficio para el que contrata porque tendrá la garantía de que la persona que va a su casa tiene un conocimiento mínimo sobre las funciones que va a desempeñar.”

 

La millennial feminista está trabajando con la ayudad e abogado laborista y Lidia Infante una guía que será de libre difusión en la que se podrá informar a los trabajadores acerca de sus derechos.
 
“El convenio que se ha aprobado de manera reciente, teniendo en cuenta que el sector no ha sido regularizado hasta hace cuatro años, es confuso y deja mucho espacio a la interpretación. La idea surgió un poco en paralelo. Lidia me propuso hacer un artículo sobre el tema en su blog feminista y durante la conversación fuimos ampliando el concepto. Necesitamos desentrañar todo este lío, es una pura defensa”

Y es que cuando este sector tiene ciertos problemas no tienen dónde acudir, esta chica está hablando con sindicaros como CGT para colaborar con ellos El plan sobre las condiciones laborales está dirigido a brindar beneficios  a las trabajadoras como ella, “Las mujeres somos el sector más castigado porque hemos estado invisibilizadas durante milenios, vetadas del espacio público y el único trabajo decente para nosotras era el privado, el del hogar y los beneficios no son tangibles.
 
El cuidado, que incluye la cocina, la limpieza, el tratamiento con enfermos e incluso la plancha (aunque alguno dirá que con tender la ropa estirada basta), nos pone en un contexto mucho más amable para desarrollarnos como personas y los resultados de ese esfuerzo no se pueden medir con precisión.”
 
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vva