CIUDAD DE MÉXICO.-Al cumplir 30 años de existencia, el filme se encuentra en medio de un problema legal por el auto futurista que funcionaba como máquina del tiempo, pues Sally, viuda del fabricante Maverick John DeLorean, reclama en una demanda federal que la empresa Texas DeLorean Motor Company ha empleado el apellido de su esposo de forma ilegal para vender sombreros, bolígrafos, libretas, llaveros y otros artículos.
En su emplazamiento jurídico destacó que la firma se apropio de manera ilegal del legado del señor DeLorean y acusó que la institución tiene planes para fabricar una versión eléctrica del vehículo, lo que, indicó, es también ilegal porque el diseño del automóvil pertenece al patrimonio del creador.
"La firma se apropió de forma ilegal e inapropiada del legado del señor DeLorean, incluyendo la identidad DeLorean, junto con propiedad intelectual, para su propio uso", indica la denuncia.
Insistió en que se ha usado de manera ilícita licencias de uso de nombres e imágenes de empresas como Nike, Mattel, Urban Outfitters y Apple.
Destacó que la empresa nunca estuvo afiliada formalmente a la que fundó el inventor.
La demandante apeló que se impida el uso de las marcas comerciales y solicitó una indemnización, así como los beneficios derivados de su uso.
Por su parte, los demandados rechazaron a través de su defensa legal todas las acusaciones y afirmaron que tiene derecho a emplear las marcas comerciales.
Ambas partes se citaron a un encuentro de resolución para intentar alcanzar un acuerdo, el mes que viene.
El creador del auto, John Z. Delorean fue un innovador del sector automotriz que comenzó su carrera en General Motors. Se le atribuye la creación del primer auto clásico americano, el Pontiac GTO, a mediados de la década de 1960.
A principios de 1970 salió de GM para fundar su propia compañía y produjo el DMC 12, conocido como "El DeLorean", un coche estilizado y anguloso con puertas desplegables y un exterior de acero inoxidable sin pintar.
Únicamente se produjeron 9 mil unidades, pues la empresa cayó en bancarrota, a principios de la década de los 80, pero el aspecto del auto y sus seguidores le permitieron ganarse un lugar en la saga fílmica.