El cantante Luis Miguel dejó plantados a más de siete mil fanáticos en el Coliseo Yucatán, lo que generó disgusto y reclamos.
Poco después de las 11:00 horas de ayer sábado, un vocero se disculpó con el público y les dijo que el artista no habría salido de su habitación porque estuvo bebiendo alcohol.
La molestia creció cuando nadie supo decirle cómo recuperarían su dinero. Algunos espectadores pagaron hasta seis mil pesos por un boleto.
El empresario Oscar Montes, titular de la empresa Don Boletón, y el cantante, fueron demandados por incumplimiento de contrato.
lrc
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