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Saltar la cuerda, el ejercicio para bajar de peso y tonificar los músculos

Con esta sencilla práctica desarrollarás la coordinación, tonificarás los músculos y aumentará tu resistencia

Escrito en TENDENCIAS el

Para hacer ejercicio no es necesario acudir a un gimnasio, se ha comprobado que fuera de él, como en casa o en un parque, se puede entrenar aún sin tener equipo especial para hacerlo.  

Desde correr o trotar, hasta andar en bici, existen muchas posibilidades para mantenerse activos, como lo son los ejercicios funcionales, los cuales se realizan con el propio peso corporal a través de series que ayudan a fortalecer los diferentes grupos musculares. 

Dentro de esta categoría se encuentra saltar la cuerda, que es una habilidad que muchos aprendimos siendo niños mientras jugábamos. Este sencillo ejercicio se ha convertido en uno de los grandes secretos del mundo fitness, pues por muy simple que parezca, ofrece grandes beneficios a quien lo practica. 

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Alcanzar la meta 

Saltar la cuerda es un ejercicio aeróbico, es decir, que aumenta la frecuencia cardiaca mientras se realiza, fortaleciendo nuestro aparato cardiovascular, respiratorio, muscular, metabólico y óseo. Cuando se salta, nuestra oxigenación mejora a través del control de las inhalaciones y exhalaciones.  

Se ha calculado que en promedio se queman de 10 a 13 calorías por minuto, así que en una sesión de 10 minutos estarías quemando alrededor de 130 calorías, bastante bueno si lo prolongas por media hora o como un ejercicio complementario a otros. 

Los músculos, al estar en constante movimiento, están trabajando de manera continua, tanto en la parte superior como la inferior del cuerpo, por lo que uno de los grandes aportes de esta disciplina es que se fortalecen y tonifican. 

El equilibrio es otra de las ganancias. Conforme se va practicando, mejorará tu desempeño al brincar, esto responde a que tu coordinación va en desarrollo, permitiendo que tus sesiones sean más prolongadas, continuas y haya menos tropiezos. 

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Relacionado al punto anterior, ayuda a desarrollar o fortalecer la concentración, pues tus sentidos están enfocados en mantener la coordinación y el ritmo de los saltos, la cuerda y el control de ésta. Aquí es donde entra el tema de la agilidad y velocidad, que irán aumentando conforme se vaya practicando y mejorando la habilidad al brincar. 

En sus marcas, listo… salta 

Brincar la cuerda tiene su chiste y existen varias maneras de hacerlo adecuadamente. La más común es hacerlo con los pies juntos y al mismo tiempo, despegándolos del piso cuando pase la cuerda por debajo. Una vez que hayas logrado hacerlo así, puedes llevarlo al siguiente nivel, que sería saltar, pero ahora sólo con las puntas, para evitar que el pie en su totalidad impacte sobre el suelo y lastime tobillos, pantorrilla y rodillas a corto y largo plazo. 

Otra opción y de las más comunes, gracias a los boxeadores —como el mismísimo Rocky Balboa— es hacerlo alternando los pies. Para lograrlo, debes brincar primero con un pie, mientras el otro está ligeramente doblado en el aire. Luego toca el turno a la pierna contraria. Así es como vas a ir coordinando los saltos, alternando de izquierda-derecha, pero siempre en el mismo lugar. Esta manera de hacerlo simula como si estuvieras trotando. 

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Otra variación, casi del mismo estilo al anterior, es que tus saltos los hagas llevando un pie adelante y el otro atrás y alternando en esta dirección, como si simularas un deslizamiento, pero nuevamente sólo con las puntas. 

Existen más variaciones, como cruzar la cuerda mientras se brinca. Este intento es para quienes ya dominan a la perfección los saltos continuos. Lo único que hay que hacer es formar una cruz adelante con las manos y volver a poner las manos en la posición inicial, tan rápido que te permita llevar y mantener el ritmo sin pausa. 

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Es importante que para saltar lo hagas con una cuerda a tu medida; que no arrastre demasiado. La posición correcta es tomarla de manera cerrada, es decir, pegada a tu cuerpo. No hay necesidad de abrir los brazos, pues lo único que provocarás es cansancio innecesario. Debes tomarla lo más cerrada posible, con los codos pegados al cuerpo y girando sólo antebrazos y muñecas. 

Los saltos no deben ser tan altos, sólo lo suficiente para que la cuerda pasa por debajo de ti, así que en realidad se trata de hacer brinquitos o saltitos, nada más.  

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Las rodillas en todo momento deben estar ligeramente flexionadas y con la mirada al frente. Entrenarlo frente a un espejo te ayudará a corregir tu postura de ser necesario. 

 

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