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¿Qué es y para qué sirve el ácido hialurónico?

Conoce el origen y los beneficios del ácido hialurónico en el mundo de la belleza

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En el mundo de la belleza existen productos y tratamientos que se diferencian entre unos y otros por las acciones para las que fueron diseñados. Existen, en primer lugar, los preventivos, que, como su nombre lo indica, se anticipan o anteponen al envejecimiento; es decir, son los que ayudan a retrasar la aparición de los signos de la edad.

Los correctivos, en cambio, son aquellos que nos van a ayudar a difuminar o aclarar, según sea el caso, los signos de envejecimiento que ya están presentes en la piel, como pueden ser las manchas o las arrugas, entre otros.

(FOTO TOMADA DE PEXELS)

Una de las sustancias que ha tenido mucho auge en el mundo de la belleza en este segundo rubro es el ácido hialurónico, reconocido como uno de los grandes descubrimientos en el mundo de la belleza y que es usado como un remedio anti-edad.

Karl Meyer y John Palmer fueron los farmacéuticos que descubrieron esta sustancia cuando estudiaban la composición del humor vítreo de los ojos de las reses, en 1934. Fue hasta finales de la década de los 80 cuando este ingrediente pasó de ser exclusivo de la medicina y se comenzó a comercializar en el área de la belleza.

 

(FOTO TOMADA DE PIXABAY)

DESDE ADENTRO

El cuerpo humano produce ácido hialurónico de manera natural y es el responsable de la lozanía de la piel al retener agua para que esté hidratada y tonificada, de ahí que se le considere una sustancia higroscópica.

Con el paso de los años empieza a disminuir su producción, lo que favorece la aparición de las líneas de la edad y la pérdida de elasticidad, firmeza e hidratación. Es ahí cuando los productos que tienen este componente ayudan a mantener la piel lo más cerca posible a cómo era cuando se producía de manera natural.

Cuando se aplica, ya sea a través de inyecciones o de manera tópica —por medio de cremas o sueros—, el ácido natural de nuestro organismo se activa al contacto con el que se ha aplicado en forma externa  y en conjunto se fortalecen, devolviéndole la lozanía a la piel.  

Además, se ha comprobado que su aplicación también estimula la generación de colágeno que ayuda a fortalecer la piel, dándole aún más elasticidad e hidratación, de tal forma que en conjunto se vuelven un poderoso dúo anti-edad.

(FOTO TOMADA DE PEXELS)

AL TACTO

La medicina y la cosmética han diseñado distintas vías para infiltrar el ácido hialurónico a nuestro organismo. Puede ser a través de ampolletas, cremas, sueros o emulsiones que incluyen moléculas de este compuesto y que deben aplicarse dando pequeños golpecitos y masajes en la piel del rostro y cuello para que penetre a las distintas capas.

Existen también las versiones inyectables, que se aplican bajo supervisión médica y deben ser aplicadas por un experto, quien será el responsable de suministrar pequeñas dosis en zonas específicas a través de inyecciones, como pueden ser los surcos nasogenianos, la comisura de los labios, entrecejo, frente o en las arrugas que se forman alrededor de los ojos, conocidas popularmente como ‘patas de gallo’.

A diferencia de los tópicos, la aplicación del ácido a través de jeringa es más invasiva y resulta más costosa, aunque los resultados son más inmediatos que las cremas, aceites o sueros, ya que se 'rellena’ directamente en las lesiones de la piel, como lo son las líneas de expresión muy marcadas.

Otro de los usos, además del cosmético, es para la cicatrización de heridas, regenerar tejido cuando existen lesiones y es un recurso para tratar enfermedades degenerativas. Su principal función es mantener las células hidratadas y que el tejido conectivo se encuentre sano; que la dermis tenga elasticidad y las articulaciones estén bien lubricadas. Es decir, que la piel luzca luminosa e hidratada.

 

(Marisa Zannie)