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¿Qué es tu capital solar y cómo cuidarlo?

Este marcador es una guía importante para saber qué tanto puedes arriesgarte a la exposición solar prolongada

Escrito en TENDENCIAS el

 

Es difícil resistirse a la tentación de recostarse bajo el sol para obtener un tono bronceado en la piel, pero una vez que nuestra resistencia a la exposición a los rayos UV (ultravioleta) se ha agotado, aún la más ligera quemadura puede provocar el desarrollo de un cáncer de piel. 

Verano tras verano, o vacación tras vacación, nuestro capital solar se va agotando. Al principio de nuestra vida todos lo tenemos intacto, pero a medida que con los años nos vamos exponiendo al sol, éste se va extinguiendo. 

Cuando somos bebés, el capital solar es razonablemente amplio, aunque varía de acuerdo al tono de nuestra piel y nuestra herencia genética. Las pieles más oscuras, que corresponden al fototipo IV, tienen un mayor capital solar que las pieles llamadas “de luna” o demasiado claras, correspondientes al fototipo I, pero aún el capital solar de las pieles más oscuras puede agotarse con la continua exposición al sol. 

Según la definición del CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia), el capital solar es "todo el medio de defensa de la piel contra los efectos nocivos del sol. Este capital se adquiere al nacer, no es renovable, y depende del fototipo de cada individuo. Cada tipo de piel tiene sus propias características y un tipo de reacción distinta a las agresiones, en particular las del sol”.? 

En dermatología, hay seis fototipos diferentes, cada uno correspondiente a un tipo de piel.?Las personas del fototipo I, las más frágiles, tienen?el pelo rojo?y la piel lechosa.?Las sensibilidades II y III corresponden a rubios y castaños con algunas pecas.?Tienen dificultad para broncearse y?aparecen?quemaduras solares?en ellos desde la primera exposición.?Las otras categorías están mejor protegidas, pero como ya mencionamos,?esto no evita que algunas personas con piel oscura desarrollen cáncer de piel. ? 

 

 Foto Freepik

 

¿Cómo medirlo? 

“No podemos cuantificar ni medir el capital solar", explica Philippe Deshayes, dermatólogo en Caen y consultor de?La Roche-Posay al sitio “L’Express”.?“No todos somos iguales ante el sol y los riesgos de desarrollar melanoma. La piel reacciona de manera diferente. Algunos se broncean, mientras que otros solo se enrojecerán y arderán, por ejemplo”, apunta. ? 

Lamentablemente, no hay marcadores biológicos que nos indiquen el nivel de nuestro capital solar --como sí existen en cambio para el colesterol o la hipertensión--, pero sí hay algunas señales de advertencia que nos indican si nos aproximamos al punto en el que debemos redoblar precauciones antes de exponernos al sol. 

Algunas de estas señales son: 

*¿Has utilizado camas de bronceado? 

*¿Te cubres con un sombrero y camiseta en la playa? 

*¿Tu piel reacciona en forma distinta ante el sol a cómo lo hacía anteriormente? 

* ¿Te quemas más con el sol que en pasado? 

*¿Tienes manchas marrones en la cara, el escote o los hombros? 

*¿Tienes manchas blancas que generalmente se forman como resultado de las quemaduras solares? 

Estos criterios son buenos indicadores de si tus células son capaces de producir suficiente –o no– melanina. Si respondiste sí a la mayoría de estas preguntas, tu escudo protector contra el sol está bastante dañado. 

Por otra parte, de acuerdo con lo que Jean-Luc Schmutz, presidente de la Asociación Francesa de Fotodermatología dijo al sitio “Ladyfirst”, una piel dañada “parece marchita y está salpicada de manchas rojas, cafés, negras y/o blancas. Estas son señales de que necesita atención”. 

De acuerdo con el experto, otras señales de peligro que, lamentablemente y de acuerdo con él mismo, cada vez aparecen más frecuentemente en personas menores de 30 años, son las queratosis actínicas, manchas rugosas de color rosado que brotan en la frente, la nariz o las orejas y que pueden señalar el inicio de un carcinoma, un tipo de cáncer provocado por la proliferación anárquica de queratinocitos, las células que conforman la epidermis. 

 

 Foto Pixabay

 

Los melanomas, un tipo de cáncer provocado por la proliferación de los melanocitos --las células que dan su color a la piel--, son menos comunes, pero más peligrosos, pues estos sí pueden provocar metástasis, es decir, un tipo de cáncer que sí emigra a otras partes del cuerpo. 

“Su incidencia es directamente proporcional al número de quemaduras de la piel que sufrimos de niños” dice el doctor Schmutz, “el periodo de la vida en el que la piel es más sensible a la radiación”. 

Es importante señalar que los riesgos se multiplican si en etapas posteriores de la vida no buscamos la sombra y usamos protectores solares de alto índice. 

Si no quieres poner en peligro el capital solar que te resta, debes tomar estas medidas antes de exponerte al sol, los bronceados se ven lindos, pero no valen el precio de tu salud, ni el exponerte a una quemadura que te dañará de por vida.