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¿Cardio o pesas? La eterna pregunta sobre qué hacer en el gimnasio

Conoce cuáles son las ventajas y beneficios que te ofrece cada uno de estos entrenamientos

Escrito en TENDENCIAS el

El principal objetivo cuando la gente se inscribe al gimnasio es bajar de peso. La gran mayoría, supone que su visita se limitará a estar en las máquinas de cardio, es decir, pasar hasta una hora o más tratando de sudar lo más que se pueda para ‘quemar la grasa’. 

Esta idea forma parte de una gran lista de mitos que encierra el mundo del deporte. Se cree que mientras se suda, el cuerpo eliminará el exceso de grasa y no es así. Cuando nos ejercitamos, el cuerpo busca regular la temperatura, ya que ha aumentado con la actividad física, lo que provoca que se autorregule a través del sudor, que no es más que agua con sales minerales, es decir, al sudar se transpiran líquidos y no grasa. 

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Entonces te podría surgir la pregunta sobre ¿Qué es y para qué sirve entonces hacer cardio? 

Al cardio se le define a toda aquella actividad que va conseguir aumentar el ritmo y frecuencia cardiaca, como correr o trotar. Dependiendo la potencia es que se le puede definir como de baja o alta intensidad, lo que hará que se fortalezca la salud de los pulmones, al someterlos a una respiración mucho más fuerte. 

Otro de los beneficios del cardio, es que gracias a la fuerza de la respiración es que se ve beneficiado el metabolismo, al acelerarlo, lo que contribuirá a la quema de grasa, pero como un efecto secundario. 

También se mejora el sistema inmunológico, regula los niveles de colesterol, se libera el estrés y reduce la ansiedad, y ayuda a poder descansar mejor. 

Aunque una rutina dependerá de la persona, considerando su sexo, edad, peso, estatura, hábitos alimenticios y estilo de vida, se recomienda por lo general no exceder más de media hora cuando se está haciendo ejercicio de cardio por primera vez, esto con la finalidad de ir acostumbrando al cuerpo a la actividad física. Ya después puede ir aumentando desde la intensidad hasta el tiempo, aunque no en exceso este último. 


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“Lo ideal para comenzar a perder peso con ejercicios de cardio, es hacerlo de 3 a 5 días por semana, en sesiones de 30 minutos. Procura hacerlo bajo la supervisión de un entrenador, sobre todo si eres primerizo”, recomienda el gimnasio Snap Fitness 24/7. 

Además de las máquinas, como la caminadora, escaladora, elíptica o bici fija, se puede hacer cardio saltando la cuerda o a través de clases como natación y zumba, entre otros. 

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En contraste, las pesas no solo nos van a ayudar a fortalecer los músculos, aumentar su volumen—combinado con una dieta balanceada alta en proteína— e incrementar la resistencia muscular, también serán el camino para conseguir la pérdida de peso, que tanto se anhela, y, por consiguiente, la quema de grasa. 

“Un entrenamiento bien planificado con pesas puede aligerar el camino hacia la pérdida de peso porque hace que el músculo trabaje intensamente, elevando el metabolismo basal y recurriendo a los depósitos del organismo. Es decir, al glucógeno y las grasas”, aclaró Lucas Leal, creador del método slow training para el diario español La Vanguardia. 


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Esta afirmación ha sido más que comprobada en todos los gimnasios alrededor del mundo por usuarios que han comenzado a levantar pesas, quienes no sólo han visto mejorar su apariencia física por los músculos, sino por la quema de grasa, a través de la desaparición de los depósitos que se localizan, en cintura, cadera, piernas y brazos.  

La ciencia, también lo respalda. Tal como el estudio elaborado por la Universidad Estatal de Iowa, que, junto a otras instituciones y academias, comprobó que las personas que entrenan con pesas tienen de 20 a 30% menos de probabilidad de sufrir obesidad.  

El entrenamiento de fuerza no necesariamente tiene que ser con mancuernas, cuerdas, ligas y pesas, también se puede hacer con el propio peso —ideal para los más novatos—, como cuando se hacen repeticiones de lagartijas, flexiones o sentadillas.  

 

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Además de atender los músculos y la quema de los depósitos de grasa, a nivel psicológico, los ejercicios de fuerza ayudan a reducir notablemente el estrés, a través de la liberación de la tensión.  

“Los estudios sugieren que esta forma de entrenamiento aumenta la producción de norepinefrina (noradrenalina), un neurotransmisor que puede moderar la respuesta del cerebro al estrés. Asimismo, reduce los niveles de cortisol, una hormona que regula y moviliza la energía en situaciones estresantes, pero que en exceso o en situaciones innecesarias causa efectos secundarios”, explican en el sitio Psicología y Mente sobre los beneficios de las pesas. 

Por ellos, siempre se recomienda que se entrenen ambos tipos de rutinas en el gimnasio, que combinen entrenamientos de cardio y de pesa para bajar de peso, aumentar la resistencia y fortaleces (o incrementar) la masa muscular. 

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