Pablito Calvo murió en el anonimato. El fallecimiento del niño que protagonizó la película “Marcelino, pan y vino” no se supo en los medios de comunicación sino hasta dos días después y su funeral fue privado e íntimo, de acuerdo con el deseo que dejó a sus familiares.
Eso contrastó con la fama masiva que tuvo en los años 50, después del estreno del filme. El 19 de diciembre de 1955, su Santidad el Papa Pio XII lo recibió en audiencia oficial. También hay fotos del encuentro que tuvo con el entonces joven príncipe Juan Carlos durante la proyección de la película en el Coliseum de Madrid.
La película es un hito del cine español: es la historia de un niño llamado Marcelino, travieso y juguetón que queda huérfano por la Guerra Civil en España. Es adoptado por unos frailes en un monasterio donde tiene un encuentro divino con un Cristo olvidado en una bodega.
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El encanto de Pablito Calvo al interpretar a Marcelino (quien al final del filme decide irse con su mamá al cielo) se convirtió en una celebridad y asistió a inauguraciones de festivales, asilos de enfermos y ferias de libros.
¿Cómo murió Pablito Calvo, el actor de Marcelino, pan y vino?
Pero luego de Marcelino, pan y vino, su vida de actor se terminó. Hizo todavía seis películas aprovechando su fama de niño actor: “Mi tío Jacinto”, “Un ángel pasó por Brooklyn”, “Toto y Pablito”, “Juanito”, “Alerta en el cielo” y “Dos años de vacaciones”.
Al pasar a la adolescencia, el cine perdió interés en Pablo Calvo. A partir de entonces decidió alejarse de la actuación y comenzar una nueva vida: estudió ingeniería y se mudo a Torrevieja, la ciudad valenciana a orillas del Mediterráneo.
De acuerdo con un reporte del diario El País, en Torrevieja se dedicó a la hostelería y la promoción inmobiliaria, además de regentear un discobar. Aunque discreta, su vida transcurría tranquilidad y los habitantes de Torrevieja de vez en cuando le recordaban su fama de niño actor.
Pablo Calvo apenas tenía 51 años cuando tuvo un trágico accidente cerebrovascular. El diagnóstico fue que murió a consecuencia de un aneurisma cerebral en la clínica de Vistahermosa, según el reporte de varios diarios españoles en aquel 3 de febrero de 2000.
Sin llamar la atención, tal y como vivió la mayor pare de su vida y como él mismo quiso que fuera, Pablo Calvo fue incinerado y sus cenizas esparcidas en el mar. La noticia de su muerte se supo dos días después.
Este 2024, Marcelino, pan y vino cumple 70 años de su estreno.