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Era una científica brillante, sin embargo, vivió a la sombra de Einstein

Considerada una de las mujeres más inteligentes del mundo, Mileva Maric, fue la primera esposa de Einstein

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Todos hemos escuchado el dicho que dice “detrás de gran hombre  hay una gran mujer”, este es el caso de la primer mujer de la primera esposa de Einstein, Mileva Maric, matemática astro-húngara.

La historia ha tratado de tenerla en la sombra de Einstein, Mileva nació en Serbia en 1875, fue una mujer tímida, pero con una inteligencia por encima del promedio, poseía una capacidad analítica para plantear y resolver problemas matemáticos complejos.

Se formó en el Colegio Real de Zagreb, donde desarrollo su gusto por la física y la química, que le sirvió para presentar el examen y ser aprobada apenas como la quinta estudiante en el Instituto Politécnico de Zurich, un enorme logro dentro de la sociedad machista de la época.

Tuvo entre sus compañeros a Einstein que rápidamente capto su atención pero la física se marchó por un semestre de intercambio a Heidelberg, Alemania, se escribían muy seguido formándose un vínculo entre los dos.

Cuando Mileva regreso no tardaron en formalizar la relación a pesar de que los padres de Einstein estaban en contra por creer que la mujer tenía referentes culturales completamente distintos a él y significaba un error en la vida personal del científico.

La relación próspera y pronto ambos comenzaron a trabajar de forma conjunta en sus desarrollos matemáticos.

En 1901 la pareja quedo embarazada, Eisntein se desentendió de su supuesta paternidad, Mileva no pudo presentarse a su examen final y nunca se graduó.

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Al deslindarse de la paternidad la física decidió dar en adopción a la niña al cumplir un año de edad.

Después de una relación difícil, superaron el trago amargo y finalmente contraen matrimonio en 1903.

En 1910 nace su segundo hijo y le ponen el nombre de Eduard, la relación entre la pareja se vuelve caótica, pues el recién nacido es diagnosticado con esquizofrenia, Mileva posó toda su atención y tiempo al niño generando un distanciamiento con el físico que para entonces ya era una figura pública.

La pareja finalmente se separa en 1914, tras una relación casi nula con Einstein que se entregó a la investigación y exigió a su mujer a tener su estudio y habitación limpios, su escritorio se tornó intocable, le llevaba las tres comidas a su habitación y no exigía ningún tipo de afecto de su parte. Desde ese momento la vida de ambos se dividió.

No se tiene la certeza de cuanto influyo Mileva en los trabajos de Einstein, sólo es bien conocido que ambos coincidieron durante sus años de estudio en el grupo de trabajo formado por Einstein, “Academia Olympia”, donde analizaba sus teorías sobre la relatividad y revolución física contemporánea.

Ningún registro histórico indica su participación en la teoría de la relatividad, pero es obligatorio que la historia le haga justicia como una de las precursoras, directas o indirectamente, del cúmulo de conocimientos socializados que llevó a Einstein a publicar una conclusión del arduo trabajo de miles de hombres a través de la historia.

Con información de Cultura Colectiva.

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