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Historias reales que inspiraron los escalofriantes guiones de estas cintas de terror

¡La realidad supera a la ficción! Los guiones de estas cintas se basan en escalofriantes hechos y personajes de la vida real

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Escrito en ENTRETENIMIENTO el


De acuerdo con expertos en el séptimo arte, el género de terror debe contar con cinco elementos base: sorpresa, miedo, atmósfera, personajes únicos y creatividad. Sin embargo, la realidad supera a la ficción y como diría el famoso escritor estadunidense H. P. Lovecraft, “todo los seres oscuros habitan en las mentes de las personas”; frase que nos da la perfecta introducción para hablarles de las escalofriantes historias de la vida real, que inspiraron los guiones de estas cintas de terror.

El miedo es una de las emociones más antiguas y poderosas de la humanidad y el miedo más antiguo y poderoso es el temor a lo desconocido, dijo Lovecraft

“ANNABELLE”

Comenzaremos con la historia de “Annabelle”, la cinta del director John R. Leonetti, que se estrenó el 26 de septiembre de 2014 y que fue la primera parte de la saga The Conjuring Film Series (El Conjuro).

La historia de Annabelle se remonta a 1970, cuando una mujer compró la muñeca y la entregó como regalo de cumpleaños a su hija Donna, quien estudiaba para ser enfermera y vivía con otra de sus compañeras de clase, Angie.

La muñeca formó parte de la decoración de su habitación, hasta que comenzaron a notar cosas extrañas: se movía por sí misma.

En un principio era difícil notar que la muñeca se había movido, pero luego se volvió evidente. Por ejemplo, ambas dejaban la muñeca en una esquina y cuando volvían a la habitación la encontraban sobre la cama con las piernas y los brazos cruzados.

Otras veces dejaban la muñeca en una de las habitaciones y cuando regresaban la encontraban en la cocina o de pie recargada contra la pared en alguna otra parte de la casa.

Además, Donna y Angie comenzaron a encontrar notas escritas donde alguien pedía ayuda. Aunque ambas intentaban encontrar una explicación racional a lo que ocurría, los sucesos extraños continuaron.

Un día, ambas notaron que la muñeca se había movido, pero notaron también algo más extraño y aterrador: tenía manchas de sangre en la espalda, en sus manos y en el pecho. Fue en ese momento que decidieron contactar a una médium, para que les ayudara a entender qué ocurría.

La médium les dijo que la muñeca estaba poseída por el espíritu de Annabelle Higgins, una pequeña que había sido encontrada muerta a los siete años en la propiedad antes de que los apartamentos fueran construidos.

Los Warren afirman que a través de la médium la muñeca pidió a Donna y Angie que la adoptaran y que la quisieran, pero pronto se dieron cuenta que esto fue sólo una treta, al darse cuenta que dentro de la muñeca había un espíritu maligno.

Uno de los amigos de ambas, Lou, les había pedido que se deshicieran de la muñeca. Una noche el joven despertó de una pesadilla y se dio cuenta que no se podía mover. Cuando vio alrededor notó que Annabelle estaba cerca de sus pies. La muñeca entonces comenzó a subir por su cuerpo e intentó ahorcarlo.

Sin aire, Lou terminó desmayándose. Cuando despertó al día siguiente él sabía que no había sido un sueño, por lo que decidió deshacerse de la muñeca él mismo.

Pero el joven entonces sufrió otra experiencia aún más terrible cuando se encontraba en compañía de Angie, revisando unos mapas previos a un viaje que realizarían. Ambos comenzaron a escuchar ruidos desde la habitación de Donna.

Cuando Lou entró, no notó nada extraño, salvo a Annabelle es una esquina de la habitación. Cuando se acercó a la muñeca, sintió que alguien estaba detrás de él. Lou volteó pero no vio a nadie. De pronto, sintió que algo lo estaba atacando y en su pecho notó que algo le hacía tres marcas verticales y luego cuatro horizontales, formando la marca de la bestia, además de que comenzó a sangrar.

Fue en ese momento contactaron a los Warrens, quienes decidieron tomar el caso e iniciar una investigación.

Los Warren fundaron desde la década de 1950 la Sociedad de Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra y abrieron en su casa en Monroe, Connecticut, un Museo del Ocultismo.

Ambos les explicaron a los jóvenes que la muñeca no estaba poseída por una niña, sino por un demonio y que a través de la médium este los había engañado.

Con la ayuda de un cura, los Warren realizaron un exorcismo a la casa para liberarla de espíritus. Luego decidieron llevarse a la muñeca con ellos para evitarles más problemas a las jóvenes.

Los Warren afirmaron que durante el viaje entre el apartamento y su casa, la muñeca hizo que el auto casi se estrellara en varias ocasiones. La única forma de calmar al demonio que tenía poseída a la muñeca fue rociarla con agua bendita.

Cuando los Warren llegaron a su casa, siguieron los fenómenos extraños por varios días: la muñeca levitó en varias ocasiones y comenzó a cambiar de posición dentro de la casa, apareciendo a veces dentro de las habitaciones.

La muñeca fue causante de al menos dos accidentes, uno de ellos fatal, sufrido por personas que supuestamente se burlaron de ella.

Un cura llamado Jason Bradford, quien estaba de visita en la casa de los Warren, se dirigió a la muñeca y le dijo: "Tú no puedes causarle daño a nadie, Annabelle". El padre estuvo involucrado en un accidente de auto luego de dejar la casa el cual casi le cuesta la vida, cuando el coche que conducía perdió los frenos antes de llegar a una intersección.

La muñeca entonces fue puesta dentro de la vitrina, donde se encuentra hasta la fecha. Los Warren afirma que un par de jóvenes visitaron el Museo del Ocultismo y se burlaron de la muñeca.

Luego de abandonar el lugar, a pedido del dueño, el joven que conducía una motocicleta perdió el control y se estrelló contra un árbol. En el lugar él murió instantáneamente, mientras que la mujer que lo acompañaba estuvo hospitalizada por un año.

“ESO”

Eso (IT) fue lanzada el 18 de noviembre de 1990, por el director Tommy Lee Wallace, quien se inspiró en la novela de terror publicada en 1986 por el escritor estadounidense Stephen King y por la historia del asesino serial John Wayne Gacy, “Pogo”, quien fue apodado como “El payaso Asesino”.

Si ha existido un verdadero payaso asesino a través de la historia, ese es John Wayne Gacy, un carismático y contradictorio norteamericano que nació el 17 de marzo de 1942, en los suburbios de la ciudad de Chicago, en una familia de inmigrantes europeos que se habían establecido en la ciudad debido a la gran cantidad de trabajo que ofrecían las industrias que abundaban en sus alrededores.

Desde sus primeros años, John tuvo que enfrentarse al maltrato de su padre que lo golpeaba en público con un cinturón de cuero cada vez que cometía un error, al tiempo que le gritaba “mujercita”, “estúpido” y “niño de mamá”.

Las cosas empeoraron cuando John fue abusado sexualmente por un amigo de la familia en 1951, no tuvo ningún tipo de tratamiento psicológico ya que guardó silencio frente al hecho.

Dos años después sufrió un fuerte accidente en el que se golpeó el cráneo, por lo que se le formó un coágulo de sangre que pasó desapercibido hasta que cumplió 16 años, cuando comenzó a sufrir de ataques parecidos a los de la epilepsia.

Lejos de ayudarlo, su padre empezó a acusarlo de fingir su enfermedad para no ir al colegio y provocar lástima, por lo que lo golpeaba mientras se encontraba inconsciente, hasta que lo llevó donde un médico que le recetó diversos medicamentos que lograron disolver el coágulo.

Al igual que su salud, la vida académica de Gacy fue errática y desastrosa se mudó a Springfield, Illinois, en donde conoció a Marlynn Myers, con quien se casó en septiembre de 1964. Estabilizó su vida y se volvió muy activo en su trabajo, por lo que logró ascender rápidamente y ocupar el puesto de supervisor en 1965.

Sin embargo, su vida privada era un infierno, tenía grandes conflictos con su pareja, pues sufría graves problemas sexuales y rara vez conseguía una erección, a pesar de lo cual engendró a su única hija biológica. Luego se mudó a Waterloo, Iowa, en donde la familia de su esposa era dueña de un restaurante de la cadena Kentucky Fried Chicken, en el cual se desempeñó como gerente.

En ese momento empezó a sentir atracción por los adolescentes que se dedicaban a freír pollo, y a pesar de que negaba su homosexualidad, compraba gran cantidad de material pornográfico gay, e intentaba chantajear a los chicos más pobres del establecimiento para que le practicaran sexo oral.

Fue así como invitó a un adolescente llamado Edward Lynch a jugar billar en su casa y le propuso que el perdedor le practicara una felación al otro, propuesta a la que el chico se negó, razón por la cual, lo atacó con un cuchillo que afortunadamente logró esquivar. Enseguida, Gacy le pidió perdón, le rogó que no le contara a nadie acerca de lo sucedido y le regaló una película porno.

Durante este tiempo, Gacy descubrió que tenía una gran capacidad de persuasión, y los miembros más prestigiosos de la comunidad lo consideraban un ciudadano modelo, por lo que se inscribió en la Cámara de Comercio, presentándose como candidato a la presidencia de la entidad, algo que, a la postre, sería su perdición.

Por una increíble casualidad, uno de los miembros de la junta de la Cámara era el padre de Donald Vorhees, quien le preguntó a su hijo qué pensaba de Gacy, a lo que este respondió contándole lo sucedido en su casa. John fue denunciado ante la Policía, y expulsado de la agremiación que lo declaró persona no grata en el pueblo.

De repente, la vida de Gacy se derrumbaba. Fue conducido a la cárcel luego de ser condenado a diez años por abuso de menores, su esposa lo abandonó y sus suegros le quitaron su trabajo, anunciándole que nunca más lo ayudarían.

Luego de pasados dieciséis meses tras las rejas, su padre falleció, suceso que aprovechó para solicitarle a la corte que le otorgara el beneficio de libertad provisional, lo que le fue concedido por su buen comportamiento. Gacy regresó a casa de su madre en donde fundó su propia empresa dedicada a la construcción llamada PDM Contracting (Pintura, Decoración y Mantenimiento).

En 1971 compró una casa en un sector conocido como West Summerdale Avenue, considerado uno de los vecindarios más seguros de Chicago. Allí se reencontró con Carole Croff, una antigua compañera del colegio que había tenido dos hijas producto de un matrimonio difícil, con la que se fue a vivir, aparentando ser un esposo caritativo y bondadoso.

Con el fin de aprovechar mejor sus relaciones sociales, se inscribió en el comité local del Partido Demócrata en donde escaló rápidamente hasta convertirse en uno de sus miembros más activos, por lo que decidió aumentar su popularidad creando su propio personaje: Pogo, el payaso.

La estética de Pogo resultaba bastante extraña, pues no era parecida a las imágenes de payasos de la época, que evitaban maquillarse exageradamente la boca y colocarse gorros que les cubriera toda la frente. Igualmente, Gacy se pintaba de azul el contorno de los ojos y utilizaba un traje blanco con líneas rojas y un sombrero que estaba coronado por tres esferas de terciopelo.

Debido a su expresividad, Pogo se volvió famoso en los hospitales infantiles de la ciudad, a los que llegaba sonriente, regalando globos de colores y pequeños muñecos de peluche que compraba con su propio dinero.

Como su empresa era próspera y se estaba enriqueciendo, empezó a organizar asados en su jardín que llegaron a congregar más de trescientas personas, que regresaban a sus hogares con la panza repleta y las narices impregnadas con los malos olores que expelía su casa.

Sin embargo, el olor era lo de menos, pues su esposa empezó a darse cuenta de que coleccionaba una gran cantidad de revistas y videos pornográficos, así como docenas de juguetes sadomasoquistas a pesar de que nunca tenían sexo, los cuales guardaba en el mismo lugar en donde almacenaba el disfraz de Pogo.

En diciembre de 1978, un par de vecinos lo visitaron para solicitarle que hiciera algo con el olor a putrefacción que empezaba a filtrarse por las ventanas del vecindario, a quienes les contestó que él mismo se encargaría de limpiar las cañerías, pues estaba convencido que debajo de su residencia había un nido de ratas muertas.

Ese mismo día, la madre de Robert Piest, un joven de 15 años, que trabajaba como ayudante de farmacia, empezó a preocuparse porque su hijo completaba dos días sin llegar a dormir y lo único que sabía era que había quedado de encontrarse con un hombre que le había ofrecido empleo y se llamaba John Wayne Gacy. Angustiada llamó a la Policía quien designó al teniente Joe Kozenczak del Departamento de Policía de Des Plaines, para ocuparse del caso. Él encontró una tarjeta con el nombre de Gacy en la habitación del menor y marcó su teléfono, informándole que estaba obligado a responder algunas preguntas en la comisaría.

Aunque Gacy respondió las preguntas con amabilidad y negó conocer a Piest, Kozenczak solicitó una orden de allanamiento en su contra luego de revisar sus antecedentes de abuso a menores, orden que le fue otorgada en menos de veinticuatro horas.

En poco tiempo, la Policía llegó hasta la residencia en donde encontraron una gran cantidad de instrumentos de tortura en el sótano, algunos de los cuales estaban cubiertos de sangre, por lo que fue arrestado y dejado en los calabozos de la estación de Policía.

Durante los primeros días, se mostró tranquilo y colaborador, comentando en los interrogatorios que tenía una empresa que facturaba más de un millón de dólares al año, era amigo del alcalde de Chicago y se había tomado una foto con la primera dama de la nación, Roselyn Carter, lo cual resultó ser cierto.

Al no encontrar evidencia en su contra lo dejaron libre y le asignaron dos policías para que lo vigilaran permanentemente, con los que intentó establecer una relación de amistad para manipularlos, lo que constituiría su peor error.

Una tarde invitó a los agentes a comer en su casa, quienes aceptaron gustosos hasta que uno de ellos sintió un olor nauseabundo y logró identificarlo gracias a que había estado en la guerra, en donde había tenido que transportar los cadáveres de los soldados que fallecían en el frente. De inmediato, Joe Kozenczak dio la orden de que revisaran el sótano, en donde hallaron una trampilla que abrieron y encontraron que el fondo estaba completamente inundado por un agua de color blanco y que expedía un olor penetrante.

En cuestión de minutos consiguieron una motobomba con la que drenaron el líquido y descubrieron una de las escenas más horrendas de la historia: acostados y puestos boca arriba, había media docena de cadáveres en diferentes estados de descomposición, ante lo que Gacy susurró “se acerca el final, maté a más de treinta personas”.

Pero este macabro descubrimiento sería solo el principio, pues a partir de ese momento iniciaría uno de los juicios más importantes de la historia de los Estados Unidos, en el que se descubriría la forma en que Pogo ultimó a sus víctimas y algunos rasgos de su personalidad que todavía siguen asombrando a los psicólogos.

Entre 1972 y 1978, Wayne Gacy abuso sexualmente y mató a 33 jóvenes cuyas edades eran entre 14 y 21 años. Generalmente Pogo amarraba a sus víctimas, los torturaba, los sodomizaba y finalmente los estrangulaba hasta matarlos; 29 de las víctimas fueron enterrados en su propia casa y los otros 4 lanzados a un río.

En 1994 Pogo fue condenado a muerte aplicándosele una inyección letal, John murió sin mostrar ningún arrepentimiento, sus últimas palabras fueron: "Matarme no hará regresar a ninguna de las víctimas. ¡El Estado me está asesinando! ¡Bésenme el cu..! ¡Nunca sabrán dónde están los otros!".

La tragedia y abominación no fue su único legado, sus pinturas en óleo de payasos son actualmente reconocidas en el mundo.

“PESADILLA EN LA CALLE DEL INFIERNO”

Esta es la espeluznante historia que inspiró las películas de Freddy Krueger, Pesadilla en Elm Street de 1984.Es una de las películas de terror más emblemáticas de todos los tiempos. La cinta, dirigida por Wes Craven, tiene como principal antagonista a Freddy Krueger, un violento asesino que acecha a sus víctimas dentro de sus sueños, haciendo que dormir se transforme en un peligro.

Aunque la trama parecía de lo más fantasiosa, su creador reveló que se inspiró en una perturbadora historia real. Craven concibió este film tras leer una serie de artículos periodísticos de Los Angeles Times, que contaban el caso de un grupo de inmigrantes asiáticos que comenzaron a tener horribles pesadillas que los llevaba a negarse a dormir y cuando por fin volvían a conciliar el sueño, morían inexplicablemente.

Tal como explicó Craven a la revista Cinema Fantastique, tenía la idea de diseñar un psicópata verdaderamente atemorizante para una nueva cinta y sin esperarlo, encontró inspiración en el mundo real.

“Quería hacer algo que estuviera atado a lo más profundo de nuestro subconsciente. Yo tenía una trayectoria anterior en el mundo académico (había estudiado psicología en la universidad John Hopkins), así que había ciertas cosas que conocía”, comentó en esa ocasión.

Fue así como el cineasta tomó elementos de la psicología freudiana y junguiana y los mezcló con lo que leyó en el diario, dando como fruto a un monstruoso asesino que vivía en el subconsciente de sus víctimas.

¿Pero, qué le ocurrió realmente a quienes murieron en sus sueños en la vida real? Según revela el portal Gizmodo, sufrieron algo conocido como síndrome de muerte súbita inesperada.

Los relatos leídos por Craven abordaron el caso de alrededor de un centenar de individuos asiáticos, de sexo masculino principalmente, jóvenes y sanos, que murieron en sus sueños y cuyas autopsias no revelaron anomalía alguna en su organismo.

Se trataba de un grupo de inmigrantes de la etnia conocida como Hmong o Miao, quienes llegaron a Estados Unidos escapando principalmente de Laos, donde eran perseguidos hasta la muerte.

Cuando Vietnam atacó a Laos -uno de los principales puntos de residencia de los Hmong- los nombró “enemigos prioritarios” y comenzaron a matarlos. Esto, en respuesta a que muchos jóvenes de la etnia habían combatido anteriormente a favor de Estados Unidos -su principal adversario- a cambio de promesas de una mejor vida. Fue así como muchos miembros comenzaron a huir hacia otras partes del mundo, incluyendo EU, donde se les otorgó el estatus de “refugiados políticos”.

Cuando llegaron a Norteamérica la vida se tornó difícil para esta etnia, que apenas hablaba inglés y enfrentó un tremendo choque cultural. Lo peor fue que cuando comenzaban a adaptarse a esta sociedad tan distinta, algunos de ellos comenzaron a morir en sueños.

Según Gizmodo, el primer caso que se conoció ocurrió en 1977 en el Condado de Orange. Allí, Ly Houa -un hombre trabajador y de buen estado físico- falleció inexplicablemente. Ese fue el comienzo de la decena de muertes de la misma naturaleza.

En el transcurso de 5 años, más de una veintena de inmigrantes Hmong jóvenes y saludables habían muerto de manera similar. De acuerdo a los testigos, antes de morir estas personas gemían y parecían desesperadas en medio de sus sueños. Esta situación comenzó a alarmar a los miembros de la etnia, quienes veían como muchos de ellos morían de manera tan extraña.

Ante el desconcierto, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos comenzaron a realizar investigaciones, para lograr determinar las causas. Insuficiencias cardíacas, consecuencias de los ataques con gas sufridos por el pueblo, estrés o miedo extremo, eran algunas de las opciones que se manejaban.

Luego, aparecieron otros casos en Asia no relacionados con los Hmong y que involucraban a japoneses, filipinos y singapurenses. De hecho, había investigadores que afirmaban que 500 nipones habían muerto en años anteriores por causas similares, repitiendo el mismo patrón: jóvenes sanos -menores de 35 años- que morían en el sueño. Asimismo, llegó a determinarse que 43 de 100 mil hombres filipinos eran propensos a morir de esta manera.

A esto se sumaba un estudio que mostró que unos 200 hombres tailandeses murieron entre 1982 y 1989 de manera similar. Esto llevó a que se formularan varias explicaciones basadas en la mitología y lo paranormal, que hablaban de monstruos y brujas que paralizaban a sus víctimas en los sueños.

Ya a mediados de los 80 había 116 casos de hombres Hmong residentes en Estados Unidos que murieron por la llamada síndrome de muerte súbita inesperada.

Luego de muchos análisis y el seguimiento médico a tres hombres de la etnia que lograron sobrevivir gracias a reanimación cardiopulmonar oportuna, se descubrió que estas muertes pudieron ser provocadas por arritmias ventriculares -cuyo origen se desconocía- que llevaron al paro cardíaco.

De acuerdo a un estudio publicado por el patólogo Roy Gibson en 1988, estas personas habrían padecido problemas hereditarios que impactaban en los tejidos que transmiten señales eléctricas, consigna Gizmodo, añadiendo que estos defectos no solían ser un problema la mayor parte del tiempo, pero cuando la persona estaba sometida a mucho estrés podían causar la muerte.

Más adelante, ya en 1992, los cardiólogos Pere y Josép Brugada pudieron identificar el riesgo de síndrome de muerte súbida inesperada a través de electrocardiogramas.

De este modo, cuando detectaban un paciente en peligro, le instalaban un aparato llamado desfibrilador cardioversor, que era capaz de emitir un impulso eléctrico en el corazón cuando este presentaba la falla, evitando el paro cardíaco.

Aunque todavía no está totalmente claro porqué el pueblo Hmong tuvo tantas víctimas por este problema, se cree que el factor hereditario sumado al sufrimiento pasado de la tribu y el choque cultural posterior que debieron vivir al llegar a Estados Unidos, desencadenó en un estrés severo que los llevó a presentar estas arritmias fatales.

“CHUCKY”

Robert el muñeco poseído, la verdadera historia de “Chucky”. A principios del siglo XX en Florida, Robert Eugene Otto recibió un muñeco hecho a mano de una esclava, quien practicaba la brujería. Este no era solo un juguete, si no era un muñeco con vida propia, a quien Robert decidió llamarlo igual que él.

Con la llegada de Robert empezaron a suceder fenómenos paranormales en la casa, las cosas volaban y se estrellaban contra la pared, Robert Eugene decía que era el muñeco, quien era su mejor amigo. Cuando Eugene creció se convirtió en un reconocido pintor, siempre pintaba los cuadros a solas con Robert, Eugene siempre atribuyo su talento al muñeco.

Cuando Eugene se casó, Robert fue mandado al ático por poco tiempo, ya que Eugene abogó para que fuera movido a la habitación de huéspedes, donde las personas aseguraban que Robert siempre se asomaba a la ventana a observar los niños cuando se marchaban a la escuela. Muchos de los trabajadores renunciaron pues no soportaban escuchar su risa siniestra de niño.

Después de que Eugene murió, Robert paso a las manos de los nuevos propietarios de la casa, quienes tenían una hija de 10 años, quien asegura que Robert trato de matarla y atrancó la puerta para que sus padres no pudieran ayudarla.

Actualmente Robert vive en un museo de Key West, Florida. Todo quien quiere una foto con él, tiene que pedirle permiso, porque si no las consecuencias podrían ser graves.

“EL EXORCISTA”

El exorcismo de Robbie Mannheim es la historia real que inspiró el guion de la cinta del director William Friedkin. En 1949, Cottage city, Maryland fue sede de la tragedia de un adolescente de 14 años llamado Robbie Mannheim; todo comenzó cuando su tía espiritista le enseñó al joven a usar la Ouija, primero todo era un juego para Robbie pero semanas después su tía falleció por "causas naturales" por lo que Robbie comenzó a jugar a solas para comunicarse con su tía muerta. Este fue el principal detonante del calvario que se avecinaba.

Los extraños ruidos por la madrugada fueron el aviso, golpes en la pared, movimientos autónomos de los objetos, arañazos en las paredes, el cuadro de Jesucristo se retorcía sin explicación; una vez en clase los compañeros de Robbie fueron testigos de cómo el escritorio del joven se deslizó por sí mismo hasta golpear a sus compañeros.

Poco a poco esta oscura energía empezó a afectar directamente a Robbie, mostraba un comportamiento más huraño y los fenómenos paranormales empezaron a repercutir físicamente en él, le marcaban el pecho con arañazos que venían desde dentro; Un sacerdote Católico fue a visitar al chico y no tomó mucho tiempo para que las fuerzas malignas se manifestaran, la cama de Robbie se sacudía por sí sola, su botella de agua bendita explotó y el fuego de las velas estaba sin control, cuando una voz irreconocible salió desde el joven hablando en latín: “Oh, sacerdote de Cristo, sabes que soy un demonio. ¿Por qué me molestas?”.

Procedieron a trasladar a Robbie a un hospital para que el reverendo Schulze le realizara un exorcismo, lamentablemente lo que poseía al joven hirió gravemente al reverendo, dando por cancelado el exorcismo. La familia del muchacho se percató que en su pecho se había marcado una señal: “St. Louis”, lugar donde falleció la tía espiritista, lugar donde más tarde llevarían a Robbie en busca de ayuda.

 

Un padre Jesuita fue quien realizaría este último exorcismo en St. Louis, donde el demonio dentro de Robbie se volvía muy violento ante imágenes religiosas, maldecía con una voz demoniaca en diferentes idiomas, ofendía a los religiosos escupiéndoles en el rostro, pero no fue suficiente para que los religiosos desistieran, después de un largo, complejo y peligroso exorcismo, desde dentro del joven salió una nueva voz: "¡Satán!", "¡Satán!". Soy Miguel, y ordeno a Satán y a los otros espíritus malignos, que dejen este cuerpo, en el nombre de Dominus. ¡Inmediatamente!, ¡Ahora!, ¡Ahoraaa!,¡Ahora!.

Robbie se retorció hasta que hayo la calma, dirigió su mirada a los sacerdotes y les dijo: Se ha ido.

“EL ARO”

Okiku, es “el espíritu de la noria”, cuya historia inspiró la cinta del director Gore Verbinski. Esta trágica leyenda se remonta hasta el siglo XVI, en el castillo Himeji en Japón, donde un samurái llamado Tessan Aoyama se enamoró de una manera espeluznante de su sirvienta: “Okiku”. El dueño del castillo estaba dispuesto a dejar a su esposa y contraer nupcias con Okiku, pero ella le dijo que no estaba dispuesta a ser su amante ni su futura esposa.

El rechazo de Okiku llevo al samurái a perder su cordura, por lo que Aoyama decidió ponerle una trampa a Okiku, ya que una de las tareas de la noble sirvienta era cuidar de diez platos de oro de la familia de Aoyama, este decidió ocultar uno de ellos, para después amenazar a Okiku con acusarla de ladrona si ella no correspondía su amor. Las dos opciones de Okiku eran ser la novia de Aoyama o ser ejecutada, en cualquiera de las dos estaba condenada a no ser feliz, así que Okiki prefirió acabar con su vida, arrojándose en la noria del castillo.

Después de la muerte de Okiku, ella regresó en busca de venganza, así que durante las madrugadas el samurái sufría las manifestaciones paranormales de la mujer que amó, ella salía de la noria y se arrastraba hasta Aoyama, sus ojos estaban lleno de rabia y constantemente se podía escuchar que Okiku contaba los platos de oro una y otra vez, haciendo tremendo escándalo lanzándolos a la pared.

El espíritu de Okiku es descrito como una triste mujer de cabello oscuro y largo, quien lleva puesto un vestido blanco funerario, así es como suelen ser los espíritus yurei, que son espíritus de mujeres japonesas que no pueden descansar en paz, ya que sufrieron mucho cuando estaban vivas, no recibieron una ceremonia funeraria adecuada o por haberse suicidado, aparecen a partir de las dos de la madrugada hasta el amanecer y buscan atormentar a aquellos que les hicieron daño en vida pero sin dañarlos físicamente.

La noria, conocida como la noria de Okiku, aún se puede encontrar fuera del castillo y está cubierta por barras de hierro para mantener a Okiku encerrada.

“EL HORROR DE AMITYVILLE”

La historia verdadera de “El horror de Amityville” del cineasta Stuart Rosenberg, comenzó en 1974 Estados Unidos quedó impactado por el asesinato de una familia completa en un pequeño pueblo llamado Amityville, ubicado en Long Island. Todo comenzó cuando uno de los hijos del matrimonio Defeo, Ronald, disparó a sus padres y cuatro hermanos, mientras estos dormían al interior de su casa en el 112 de Ocean Avenue.

Ronald tenía 23 años y la noche anterior al homicidio drogó a sus víctimas para poder ejecutar su plan, que consistía en fusilarlos uno a uno en sus respectivas habitaciones. El hombre disparó a todos por la espalda, a excepción de la madre, quien fue descubierta con una bala en la cabeza. Las víctimas fueron encontradas boca abajo con los brazos cruzados.

Tras el asesinato, Ronnie, como le decían sus amigos, escondió la escopeta con la que disparó y corrió hacía un bar del pueblo, donde señaló que alguien había asesinado a su familia. La policía llegó al lugar y encontró la macabra escena.

Debido a la débil coartada del joven, las autoridades pronto descubrieron que el autor de los crímenes había sido el mismo Ronnie, cuyo abogado intentó declararlo enfermo mental, pues aseguraba que había escuchado voces que le ordenaron matar a su familia, algo que los jueces no creyeron y lo condenaron por asesinato premeditado, sentenciándolo a veinticinco años de cárcel por cada una de sus víctimas.

Poco más de un año después de la tragedia, una nueva familia compró la casa y se mudaron a ella. El lugar era de ensueño y su valor muy asequible. Edificada sobre un amplio terreno, la casa contaba con tres pisos, cinco habitaciones y un amplio sótano. Pero como los nuevos dueños conocían lo que había ocurrido allí, decidieron tomar sus precauciones.

Cuando George y Kathy Lutz llegaron al lugar junto a sus tres hijos, llevaron a un sacerdote a bendecir la propiedad, pero según cuenta la leyenda, apenas el hombre pisó el lugar una voz proveniente del inmueble les gritó: “Fuera de aquí”. Esa sería la primera de muchas muestras de actividades paranormales que se vivieron en dicho lugar.

Ruidos, olores y manchas desconocidas aparecían por toda la casa, siendo el más afectado el padre de familia. George no podía dejar de sentir un gran frío que lo hacía pasar horas frente a la chimenea, además poco a poco comenzó a despreocuparse de su aspecto personal y se volvió malhumorado y extraño.

En tanto, la hija menor de Kathy y George, Melissa, comenzó a tener una amiga imaginaria llamada Jodie, igual que una de las víctimas de Ronnie. La presencia de esta figura que se fue haciendo cada vez más fuerte en la casa, hasta que incluso otros pudieron verla.

La familia vivía con un gran miedo, así lo relató años después Danny Lutz, uno de los hijos de la pareja, quien en ese momento tenía sólo nueve años.

“Yo no sabía nada de lo que pasó allí hasta el día en que entré en la casa. Mamá nos dijo: ‘Hay algo que quiero que sepas. Había una familia que fue asesinada aquí’. Ella nos preguntó si nos molestaría. Pero cuando uno tiene esa edad apenas sabe lo que es un asesinato”, reveló el hombre en un documental sobre lo ocurrido.

“EL PROYECTO DE LA BRUJA DE BLAIR”

La leyenda sobre la Bruja de Blair que inspiró la cinta de 1999 de los directores Eduardo Sánchez, Daniel Myrick; nace en un pueblo llamado “Blair” en el año 1785, cuando unos niños son invitados por una anciana a su casa, donde les sacó a cada uno un poco de sangre. Después de este maltrato, los niños les dijeron a sus padres lo ocurrido con la anciana Elly Kedward, a quien acusaron de brujería y la amarraron a una carretilla para llevarla en lo profundo del bosque, donde moriría lentamente.

No se sabe si la bruja murió o regresó de la muerte para vengarse, pero un año después que fue abandonada en el bosque, todos los acusadores y la mitad de los niños del pueblo desaparecieron para nunca ser encontrados, los habitantes que aún quedaban en el pueblo huyeron por el temor de una maldición.

En 1824, sin saber que la desgracia habitaba en esas tierras de Blair, arribaron nuevos habitantes para fundar un nuevo pueblo llamado “Burkittsville”, un pueblo ubicado en el condado de Frederick en el estado estadounidense de Maryland, el cual tuvo el mismo destino maldito que el anterior, ya que al poco tiempo los pueblerinos fueron testigos de manifestaciones paranormales. Se decía que una mano pálida salía de un río, en el mismo río que la niña Ellen Treacle de 10 años desaparecería después de haberse sumergido.

Varias décadas después, en el año 1886, otra niña desaparece, y aunque la niña apareció a los pocos días, algunos de los que la buscaban no corrieron con la misma suerte, los integrantes de uno de los equipo de búsqueda desaparecieron para en unos días aparecer destripados y colocados en forma de pentágono.

Algunos años después, en el año 1941, misteriosamente 8 niños desaparecían del pueblo, meses después el ermitaño Rustin Parr en su locura grita en un mercado: “He terminado, por fin he terminado”. El hombre confesó que había destripado a 7 de los niños e hizo una tumba para cada niño en su cabaña en el bosque, solo el niño Kyle Brody quien fue forzado a mirar los despiadados asesinatos sobrevivió (lamentablemente Kyle no pudo superar esos dos horribles meses de tortura, después de ser liberado fue ingresado a un hospital psiquiátrico), el ermitaño le atribuyó la culpa a la bruja de Blair, pues él dijo que ella se lo había ordenado. Rustin Parr murió en la horca en el otoño de 1941, bajo la mirada de Kyle.

En la actualidad, los habitantes del pueblo advierten que las personas que se adentran en el bosque lo hacen bajo su propio riesgo.


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