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Proteína vegetal, una alternativa ecológica y saludable para incluir en tu dieta

Conoce cuál es su función, su diferencia con la versión animal y sus aportes nutrimentales

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Las proteínas son un componente de gran valor dentro de una dieta balanceada, ya que su consumo contribuye a construir y reparar células, órganos y tejidos; además, son de vital importancia en la producción de hormonas, enzimas y otras sustancias. 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, una persona adulta sana, sin importar el sexo, debe consumir diariamente 0.8 gramos de proteína por cada kilo de su peso corporal, es decir que, si un individuo tiene un peso promedio de 70 kilos, su consumo al día debería rondar los 56 gramos de proteína. 

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Origen 

Aunque se relaciona directamente su obtención a los productos de origen animal, la realidad es que existen otras opciones que son igual de saludables y con altos índices de nutrientes. 

Las dietas veganas, creadas para individuos que no consumen productos de origen animal (carne, pollo, pescado) ni derivados (leche o miel, por ejemplo), obtienen sus proteínas a través de otros alimentos como legumbres, frutos secos, semillas, levaduras y algas de agua dulce. 

Otro ingrediente que destaca en este tipo de planes alimenticios es la soya, que “contiene todos los aminoácidos esenciales y supera a todos los otros alimentos vegetales en cuanto a la proteína que puede brindar a los humanos”, explica PETA (People for the Ethic Treatment of Animals, Personas a Favor del Tratamiento Ético de los Animales) sobre sus aportes y valores nutrimentales. Además, se puede encontrar en distintas presentaciones como en el tempeh, tofú, “carnes” de soya y postres, como helados. 

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Cara a cara 

Aunque está comprobado que el porcentaje de proteína diario se puede obtener sin complicaciones a través de alimentos que no provienen de animales, la realidad es que el origen del producto sí es un diferenciador a la hora de considerar los nutrientes. 

En el caso de los de origen animal, estos también poseen aminoácidos esenciales, de ahí que se les considere de alto valor nutrimental. Una proteína vegetal no cuenta con dichos componentes, por lo que para conseguirlos debe complementarse con la ingesta de otros alimentos. 

En contraste, en temas de densidad, en la carne se puede conseguir un 20% de proteína por cada 100 gramos más o menos, mientras que con algunas legumbres el aporte es igual o superior, como en los garbanzos, con un 20%; las lentejas y las alubias, un 23%; habas con un 25 y 26%, respectivamente, o con la soya, que brinda hasta un 35% de proteína por los mismos 100 gramos.  

En temas de calorías, la carne incluye grasas saturadas, mientras que el pescado es más ligero. En el caso de los cereales, legumbres y frutos secos, estos contienen un alto aporte calórico, aunque también son fuente de antioxidantes, fibra y hidratos, por lo que su consumo debe ser moderado. 

En general, toda persona debe consumir proteínas. El origen dependerá de su dieta y gusto, pero es importante que sea siempre en proporción a su peso y combinándola con el resto de los grupos alimenticios, para tener una dieta balanceada y así poder conseguir todos los nutrientes necesarios para tener la energía suficiente para hacer frente a nuestro día a día. 

El consumo adecuado y en balance de proteína nos permite a nivel físico tener uñas fuertes, pelo saludable y resistente, y músculos tonificados y fuertes. 

 

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