De acuerdo con la tradición católica, durante el tiempo de Cuaresma se sugiere a los fieles no consumir carne roja, por lo menos los días viernes de este periodo. En su lugar se promueve sustituirse por pescados y mariscos.
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Para la Iglesia, la carne roja simboliza el cuerpo de Cristo, por ello es que se evita su ingesta durante estas fechas, ya que durante la Semana Santa se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Gracias a nuestra privilegiada ubicación y a la gran variedad de ecosistemas, México cuenta con una amplia oferta de pescados y mariscos disponibles para el consumo humano. Según datos de la Procuraduría Federal del Consumidor se tiene registro de más de 300 especies, de los cuales arriba de 100, al menos, son consideradas comerciales.
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La Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca ha enlistado a los ejemplares nacionales de mayor abundancia durante esta temporada, entre los que se encuentran: sardina, atún, calamar, pulpo, trucha, bagre, camarón, tilapia, ostión, mojarra, mero, robalo, jaiba, bandera, baqueta, barrilete, berrugata, lisa, cabrilla, cazón, cintilla, huachinango, pámpano, lenguado, pargo y curvina golfina.
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Ligero y nutritivo
Al pensar en alimentos ricos en proteína lo primero que se viene a la mente son los productos de origen animal, como un buen trozo de carne. Si bien es rica en proteína, el pescado también lo es, además de que cuenta con otros nutrientes que lo complementan.
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Los pescados, en general, son ricos en vitaminas como la A, B, D y E. La vitamina B ayuda a que el organismo aproveche en mejor medida los alimentos y sus nutrientes se transformen en energía. En cuanto a la vitamina D, contribuye a que se tenga una mejor absorción de calcio.
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De acuerdo con Oceana, la mayor organización internacional dedicada exclusivamente a proteger los océanos del mundo, las sardinas o el atún, que son de fácil acceso en nuestro país, tiene un alto contenido de grasas no saturadas, es decir, grasas buenas, entre las que se encuentran las Omega 3 y Omega 6.
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Entre los beneficios del consumo de Omega 3 y 6 se encuentra tener en mejor estado al corazón, fortalecer el cerebro —a través de concentración, memoria y aprendizaje— y ayuda a prevenir riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
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Por estas razones es que la Organización Mundial de la Salud recomiende su consumo entre 2 o 3 veces a la semana, con la intención de variar los menús y dejar descansar la carne. Y es que de acuerdo con el informe “Dietas Saludables a partir de Sistemas Alimentarios Sostenibles”, que publicó la Comisión EAT-Lancet, reducir el consumo de carne roja ayuda a prevenir hasta un 24% de las muertes adultas.
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Rudo y fuerte
Aunque la carne también cuenta con propiedades nutrimentales, existe un riesgo en el abuso de su consumo. Por ejemplo, la carne, al igual que el pescado, tiene grasas, sin embargo, son grasas saturadas, o sea, malas. En contraste, es rico en hierro, zinc, fosforo y vitamina D12. Una de las ventajas de la carne es que nos da más saciedad comparada con el pescado, que es mucho más ligero, aunque por lo mismo es de más fácil digestión.
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Aunque ambos alimentos resultan nutritivos, la idea es darles variedad a nuestros menús, alternando el consumo de carne y pescado.