En el mundo vitivinícola existen una gran variedad de clasificaciones para agrupar a los vinos. Una de las más comunes es a través del tipo de uva. Dependiendo el origen y sus características, es como se clasifican. Hasta la fecha se han llegado a contabilizar más de 10 mil variedades de uva, aunque no todas son seleccionadas para procesarse y lleguen a convertirse en vino. A pesar de la gran oferta y opciones de vino, la clasificación por tipo de uva es mucho más reducida, para nuestra buena suerte, aunque la lista no deja de ser extensa.
Foto Pexels
Hoy, para conocer más sobre los vinos tintos, te traemos una clasificación básica sobre las distintas variedades y los diferentes caldos que se obtienen de cada una. Con este listado podrás tener nociones más claras sobre lo que puedes esperar de cada bebida, incluso para elegir la que es de tu mayor agrado cuando adquieres una botella.
Cabernet Sauvignon. Se trata de los vinos más populares y con mayor demanda. Tiene su origen en Francia, en la región de Burdeos, de ahí que también la encuentres con ese nombre. Es de color intenso, ya que la uva es muy oscura, con acentos incluso azulados. Es considerada de las uvas más resistentes a las inclemencias del tiempo y de las más nobles, pues se ha adaptado a distintos suelos que ya se cosecha en otras latitudes, como España, California, Australia, Italia o Argentina. Su sabor tiene ligeros acentos frutales y florales.
Cariñena o Carignan. Es una uva muy parecida a la Cabernet Sauvignon en cuanto a cuerpo y color debido a su alto grado de pigmentación. Es rico en azúcares y posee un alto concentrado de taninos, lo que lo convierte en una muestra más acida. Tiene su origen en la zona de Aragón, España. Su adaptabilidad ha hecho que se pueda cultivar en otras regiones fuera del país ibérico, como en Chile, Francia, México, California y hasta en Asia. También lo pueden encontrar bajo el nombre de Mazuelo.
Carménère. Se trata de una uva más delicada comparada con las dos anteriores, que requiere de mayor cuidado para lograr obtener un caldo de calidad. Justo esa susceptibilidad la convierte en una uva más exclusiva, de ahí que su producción sea más controlada y se dé en menos proporción. “Aunque es una cepa primo hermana del Cabernet Sauvignon, el Carménère presenta taninos más aterciopelados, más dulces, su fruta es más madura y su acidez es más baja que la del Cabernet”, explica la casa Concha y Toro. Su color es intenso, al degustarse destacan aromas y sabores de frutos rojos, pimienta verde, ciruela, notas herbales y toque de maderas. Actualmente solo se encuentran vinos chiles de esta uva.
Garnacha o Grenache. Se cree que tiene su origen en Aragón. Se trata de una uva muy versátil y noble, pues permite plantarse en distintas regiones, por lo que es fácil ahora encontrar etiquetas de otras regiones de España o de países como California, Argentina, Francia y México. Existen tres tipos de uva garnachas: tinta, blanca y tintorera. En cuanto a la tinta, que es la que hoy nos compete, es la variedad más plantada en el mundo. A partir de esta uva es que se pueden lograr caldos tintos, pero también rosados y dulces. Es de color intenso, sabor afrutado, cuerpo medio y alto concentrado en alcohol. En México, es muy característica esta uva y suele plantarse en grandes extensiones de tierra en el Valle de Guadalupe.
Malbec. Es de las uvas más comerciales y de las que mucho suele hablarse. Tiene su origen en el sur de Francia. Una de sus particularidades que lo convierte en un caldo muy adaptable por su sabor equilibrado y de cuerpo medio. Es de color oscuro y con un toque de sabor al paladar a cereza, ciruela y cacao que lo hacen muy particular. Actualmente, los vinos Malbec más populares son los elaborados en Argentina, incluso cuando se refiere a vinos argentinos, Malbec es el que encabeza la lista. Perfecto para maridar carnes o platillos con queso.
Merlot. Originaria de Francia, es otra de las uvas comerciales más conocidas. Es considerada la segunda cepa más importante y de mayor tradición en Burdeos. Son considerados vinos elegantes por su cuerpo, aroma y sabor, Son equilibrados en cuanto a su acidez, por lo que es muy bien recibido entre los consumidores, pues agradable al paladar, independientemente de la preferencia del bebedor. Son caldos intensos de alto grado de alcohol. El Merlot y el Cabernet Sauvignon pertenecen a la misma familia de varietal. Destacan aromas como la cereza, vainilla, chocolate y tabaco. El Merlot es considerada como una uva mejorante, que significa que se emplea para combinarse con otra uva, para mejorar su sabor, cuerpo y aroma.
Nebbiolo. Se trata de la uva más famosa que se da en Italia, aunque ya también hay caldos que se procesan en otros países, como el nuestro. Se caracteriza por su acidez, como resultado de su elevado concentrado de taninos. Son muy sutiles sus sabores al paladar en cuanto a los vinos italianos. En contraste con los de México, son mucho más fuertes, robustos y de gran cuerpo, con aromas y sabores a rosas, cerezas, cuero, moras y arcilla.
Pinot Noir. Tiene su origen en Borgoña, Francia, aunque ya se ha extendido su producción a otras latitudes. Se trata de una uva delicada y hasta compleja. Su elaboración suele ser muy cuidadosa por las características de la uva, de piel fina y bajos niveles fenólicos. A diferencia de otros caldos, los vinos Pinot Noir poseen un cuerpo medio y de color menos intenso, además su concentración de taninos en muy bajo. Destaca por sus aromas a frutos rojos, como cereza, frambuesa, ciruela, entre otros.
Syrah o Shiraz. Se trata de una uva que se da en regiones de mucho sol y a una gran altura. Es de los ejemplares más fuertes, que soportan las enfermedades. Se adapta a la perfección a zonas cálidas, de ahí su ventaja para producirse en distintos países, como en España o Australia. Entre sus características físicas destaca su color rojo intenso, pero a la vez brillante. Es muy sutil al paladar por su baja concentración en taninos. Destacan sabores al paladar como la grosella, moras y frambuesa, así como ciertos toques especiados, como pimienta verde, tabaco, cuero o ahumado.
Tempranillo. Se trata de una uva que se recoge antes que las demás especies, de ahí su particular nombre. Justo esta característica es la que la convierte en un vino joven y sutil, con aromas frutales y un color claro con matices en rubí. Su origen es español y son varias las regiones en las que se cosecha. Su concentración de taninos es mediana, lo que le da una acidez muy digerible al paladar, convirtiéndolo en un vino suave, elegante y fácil de beber. De las etiquetas comerciales más famosas destacan las que son producidas en Ribera del Duero, La Rioja y Toro.