Todos, sin excepción, nos sentimos atraídos por personas que tienen una linda sonrisa. Para conseguirla, además de tener los dientes lo más armoniosos posibles (derechos o parejos), también resulta atractivo que estén limpios y sin manchas.
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Además de lavarlos tres veces al día con un cepillo suave para no maltratar el esmalte, el uso de enjuague y hasta del hilo dental, debemos procurar no consumir alimentos que los puedan llegar a manchar. Claro, sin olvidar acudir al menos una o dos veces al año a nuestro dentista.
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Aunque es por muchos conocido que ciertos alimentos pueden pigmentar el esmalte de los dientes, la gran mayoría de la gente no toma las precauciones pertinentes para cuidar su sonrisa.
Y no, no se trata de eliminarlos por completo y dejarlos de consumir, o satanizarlos, sino de moderar su consumo para no dañar con el tiempo el brillo de tus piezas dentales.
Café y té
Aunque mucho se habla de sus bondades y propiedades nutrimentales, la realidad es que abusar del té y el café puede resultar contraproducente, ya que se trata de dos bebidas que tienen sustancias químicas que a la larga llegan a pigmentar los dientes.
El té negro y rojo tienen altas concentraciones de taninos que provoca que los dientes se tiñen y dañen el esmalte. Por su parte, el café es el responsable de que los tienes se tornen amarillentos.
“Al igual que el té, esta bebida contiene cromógenos, que son unas moléculas que se pegan al esmalte y cambian su color”, explica B360, marca creada por especialistas en el cuidado de la salud bucal.
Como una alternativa para reducir el impacto de los dientes manchados por consumir café o té, los especialistas sugieren, de acuerdo a un estudio realizado en 2014, agregar leche descremada, “La clave parece estar en la caseína, una proteína de la leche que sería responsable de actuar como un antídoto de los taninos”, señalan los expertos de B360.
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Vino tinto
Ya hablamos de los taninos que, además de encontrarse en el café, están presentes en altas concentraciones en el vino, en especial el tinto, lo que provoca que al beberlo se impregnen en los dientes, provocando que se manchen.
Además, el vino, por ser una bebida ácida actúa en la superficie de los dientes abriendo los poros del esmalte dental. “Esto abre la puerta para que el color morado de las partículas del vino se adhiera a la superficie de las piezas dentales", señalan los odontólogos.
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Refrescos y bebidas deportivas
Todas las bebidas envasadas suelen tener altas concentraciones de azúcares, salvo el agua natural, pero de ahí en fuera los refrescos, jugos o néctares están hechas también con edulcorantes que pueden erosionar el esmalte de tus dientes.
Cuando el diente ha sufrido de erosión, se vuelven más propensos a mancharse y se tornen más oscuros. Por ello, se debe moderar su consumo, pues también son bebidas ácidas que pueden llegar a descomponer el esmalte dental.
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Frutos rojos
Existen ciertas frutas que tienen alta concentración de pigmentos, como son los frutos rojos, como las cerezas, moras, fresas. blueberries o arándanos, entre otros. Si nuestros dientes están dañados, como puede ser por porosidad, al consumir estos frutos se penetrará el color en los dientes con mayor facilidad, provocando que se manchen con mayor persistencia.
“Lo mismo aplica para los jugos de colores oscuros -de uva, betabel, granada-, que pueden decolorar tus piezas dentales. Si te gustan los smoothies de frutos rojos, trata de disminuir la proporción de agentes manchadores agregando a tu licuado manzanas, peras, pepino o apio”, siguieren los especialistas de B360. Estos nuevos ingredientes, además de cambiar el sabor, servirán como limpiadores para tus dientes.
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Salsa de tomate
Al igual que los frutos rojos, el jitomate también tiene altas concentraciones de pigmentos que pueden manchar tu dentadura. Además, es muy ácido, por lo que en exceso puede dañar tus dientes y volverlos porosos.
De ahí que los expertos sugieran, por ejemplo, que antes de consumir algún platillo con salsa de tomate, como pizza o spaghetti, comas antes verduras de color verde, como espinaca o brócoli, “que crearán una delgada capa sobre los dientes que los protegerá del tomate”, recomiendan los odontólogos para no privarte de tus platillos favoritos.
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