Desafortunadamente, la gran mayoría de las empresas ha recurrido en algún momento en actos y prácticas negativas que tornan tóxico el ambiente, impulsado principalmente por los puestos más altos, es decir, los jefes de grupo.
Excusados con el objetivo de llegar y cumplir con las metas, muchos superiores intimidan a sus subalternos, lo que provoca tensión en el equipo de trabajo. Otros más, por su simple personalidad de ‘querer mandar’ o de ser ellos ‘los jefes’, se convierten en dirigentes acosadores y negativos que, en lugar de generar un agradable ambiente laboral, lo transforman en un campo de batalla, saboteando el desempeño de los subalternos, perjudicando sus funciones y resultados.
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La probabilidad de encontrarse con un tirano de esta naturaleza es alta. OCC, la bolsa de trabajo para buscar empleo, estima que 7 de cada 10 mexicanos ha padecido trabajar con un superior tóxico. Altísima la cifra, ¿no te parece?
“Los tipos de mobbing más frecuentes son: gritos intimidantes, sobrecarga de trabajo, humillación, exageración de fallas y errores o difamación”, explica sobre la manera en la que actúan estos jefes tóxicos.
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Aunque existen muchas señales, entre comportamientos y actitudes, especialistas en el tema han detectado ocho señales como las comunes, que te servirán identificar rápidamente si estás dentro de un ambiente laboral tóxico.