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El instante miserable del minero

Cada vez que ocurre la muerte de un minero en Coahuila las autoridades le llaman “accidentes”. No importa como haya ocurrido. El ministerio público hace como que investiga, llegan peritos, inspectores y levantan actas y hasta el gobernador Moreira dice que tomará cartas en el asunto, pero todo sigue igual.

Escrito en TENDENCIAS el
Cristina Ahuerbach, activista de derechos humanos quién se encuentra laborando en la zona minera de Coahuila, cada vez que conversamos me dice que no son accidentes los que ocurren en la zona, son siniestros frecuentemente producto de la negligencia de los dueños de las minas.
 
La más reciente tragedia ocurrió en la noche del pasado 7 de marzo en una mina ubicada en Mineral La Florida en el municipio de Muzquiz, Coahuila. Tres trabajadores quedaron heridos y uno falleció: Juan Francisco Alvarado Cruz de 38 años de edad con más de 20 años de minero.
De lo ocurrido, por más que trato de indagar que sucedió esa noche, las autoridades no lo saben explicar. Dicen que un carro de extracción de carbón “se soltó” del malacate y al chocar en el fondo de la mina ocasionó un derrumbe.
 
El padre de tres mineros que trabajaban en esa mina fue quién perdió a uno de sus hijos en esa tragedia. El relata que cuando se enteró que algo malo había ocurrido se fue de inmediato al lugar.
 
- Como pude llegué. Ninguna autoridad me llevó. Cuando llegué vi que habían muchas ambulancias, patrullas, militares -
 
-El minero atrapado era mi hijo Francisco y quién estaba adentro de la mina tratando de sacarlo con otros mineros era mi hijo Juan. Pobre mi muchacho Juan, que vio cómo quedó su hermano, pobre mi Francisco que murió aplastado, pobres los dos, y pobre Rafael que iba rumbo a Palaú sin saber que Francisco estaba atrapado y que lo sacaron muerto. Yo me desmayé. Y creo que aún no despierto del todo-.
 
El relato que me envío Cistina apenas anoche de ese padre desecho del dolor, describe como los servicios médicos del IMSS que existen en la zona son miserables. Son clínicas para pobres porque generalmente no hay instrumentos médicos para emergencias y cuando los hay, están inservibles
 
En la narración del padre denuncia lo que ocurre en la zona. Dice que cuando Juan, uno de sus hijos salía de la mina rumbo a su casa fue cuando se enteró que “algo pasó en la mina” y se devolvió a buscar a sus hermanos.
 
- Yo no lo alcancé a ver. Ni siquiera me acuerdo cómo supe que algo había pasado en la mina, pero me dijeron que la gente estaba afuera de la clínica del IMSS de Barroterán-.
 
-Sabía que era algo grave porque no los trajeron a la clínica de aquí de la Florida que está a unos minutos de la mina. En el camino pensé que tal vez no era tan grave, pero que los habían llevado a Barroterán porque en nuestra clínica no había nada para emergencias-.
 
-En Barroterán tampoco, no pudieron sacarle radiografías a mi hijo porque no servía la máquina y por eso luego lo mandan a Palaú-.
 
Solo cuando hay tragedias mayores es cuando alguna autoridad aparece solo por unos días. Generalmente los mineros son atendidos por médicos particulares pagados por los dueños de las minas quienes apenas les dan aspirinas. Sufren dolores de cabeza, afectaciones en los ojos, de la columna vertebral, constantes golpes y problemas pulmonares pero ninguna atención especializada reciben.
 
La mayoría de los mineros carece de los beneficios del IMSS y cuando están inscritos se enfrentan a la marginación presupuestal. Los inspectores del IMSS nunca aparecen y por eso los dueños de los pozos apenas si cumplen con sus obligaciones.
 
En la zona minera de Coahuila no se conocen los derechos humanos de la Constitución.
 
La empresa Armalz donde murió Juan Francisco tiene un contrato por 41 mil toneladas de carbón y apenas pagó $370.00 de aguinaldo a sus trabajadores. El socavón no tiene salida de emergencia y el cable que se rompió ni siquiera era el adecuado.  Son contrastes cotidianos y negligencias que los mineros pagan con su vida.
 
El relato del padre concluye:
 
-La vida está hecha de instantes. Del instante en que aceptas trabajar en una mina insegura y del instante en que crees que a ti, no te va a pasar nada; del instante en que termina tu turno y sales en el carro de carga de carbón;-
 
-Del instante en que se acomodan los muchachos arriba del carbón para ser remolcados en el carro, del instante en que compraron un motor viejo que no podía con la carga-
 
-Del instante en que la muerte se lleva a tu hijo y uno se queda como pendejo sin saber por qué.-
 
Correo: mfuentesmz@yahoo.com.mx Twitter: @Manuel_FuentesM