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Imágenes que retratan la agonía de Amy Winehouse en sus últimos días

Las imágenes fueron tomadas en el 2009, cuando Amy Winehouse atravesaba un periodo de rehabilitación en la isla de Santa Lucía

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Escrito en ENTRETENIMIENTO el

El 23 de julio de 2011, la cantante Amy Winehouse fue hallada muerta por su guardaespaldas en su cama.

De acuerdo al testimonio de su guardaespaldas y gente allegada a la artista, a las tres de la mañana, Amy envió un mensaje de texto a un amigo: "Estaré acá para siempre, ¿y tú?".

A las diez de la mañana, el guardaespaldas se acercó a su puerta y no escuchó nada. No lo sorprendió. Tampoco cuando repitió el movimiento a las 12 del mediodía. A las tres de la tarde, alarmado por la falta de respuesta de la cantante, ingresó a su cuarto y vio el cuerpo inerte de la fabulosa cantante.

Llevaba muerta varias horas, al costado de la cama había tres botellas de vodka vacías, días después los análisis toxicológicos demostraron que no había rastros de drogas en su sangre, solo alcohol, una cantidad desmesurada, 4,16 gramos por litro de sangre.

Cabe señalar que el límite antes del coma alcohólico es de 3.5, a pesar de que tenía 27 años, nadie se asombró demasiado con la noticia. Su caída había sido previsible e inmensamente pública. Cada borrachera, cada exceso, cada incumplimiento contractual había sido a los ojos de todo el mundo.

Recordemos que Amy Winehouse fue una cantante descomunal. Su voz era una fuerza de la naturaleza.

Sus primeras grabaciones son sorprendentes. Una chica de veinte que canta con la profundidad de una veterana, con un color de voz único y un manejo técnico deslumbrante. En la plenitud de sus facultades se la notaba con un total control de su arte, una habilidad innata.

Era algo real, emocional, auténtico. No había artificios. Había un dolor ancestral en su canto.

Alguna vez reconoció que no se le había pasado por la cabeza ser cantante profesional porque el canto para ella era natural, cotidiano, algo que siempre estuvo a su lado. Sus primeras apariciones públicas mostraban a una chica de gran franqueza, con una naturalidad salvaje y una frontalidad desusada.

En sus inicios ella se consideraba una cantante de jazz, pero con sus dos discos oficiales se convirtió en la gran cantante de R&B, soul y pop del siglo XXI.

Back to black es una pequeña obra maestra, la cumbre de su arte, de su legado escaso. Además de un éxito de crítica fue un descomunal suceso de ventas. Millones de copias en todo el mundo y premios de todo tipo. Cinco Grammys, Mercury Prize y varios Brits Awards.

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El día en que se anunciaron las nominaciones a los Grammys, Back to black recibió reconocimientos en la mayoría de los rubros principales: mejor álbum, mejor canción, mejor grabación, mejor productor, revelación.

La noche de su mayor gloria, aquella en la que ganó cinco Grammys, venía de uno de sus períodos de desintoxicación. Se presentó vía satélite desde Londres. Los problemas con las drogas no le habían permitido viajar.

Sus últimos días

Los últimos días de Amy fueron muy similares a cualquiera de los días de los cuatro años anteriores, a todo lo que vino después de Back to black.

Los tratamientos fracasaban. Amy se alejaba de las drogas pero volvía al alcohol. En julio de 2011 estaba en esa etapa.

Emy Winehouse deseaba volver a grabar un disco. Las ofertas de más de un millón de dólares por recital que había sabido tener no se repetían: los productores ya no confiaban en ella.

Fotos nunca antes vistas

El fotógrafo estadounidense Blake Wood decidió rendir tributo a su amiga Amy Winehouse, la recordada cantante británica, con la publicación de un libro de 85 fotos inéditas que muestran los momentos más felices de la intérprete.

Las imágenes fueron tomadas en el 2009, cuando Amy Winehouse atravesaba un periodo de rehabilitación en la isla de Santa Lucía, un año después de ganar cinco premios Grammy por su disco "Back to Black".

Amy Winehouse y Blake Wood se conocieron en el 2008 y entablaron una gran amistad, motivo por el cuál Amy le permitió que la acompañara durante sus días en este paraíso caribeño alejada de sus adicciones como el alcohol y las drogas. En esa época él tenía 22 años y ella 24.

"Este libro es realmente una carta de amor a una amiga", manifestó Wood desde su hogar en Nueva York al diario británico The Guardian.

"Y es un diario visual de lo que vivimos en el momento en que ella era muy celebrada por el mundo, pero también muy incomprendida. Ella fue muy querida por las personas que la rodearon, y espero que esto se vea en las fotos", agregó Wood.

auc